FEDERACION ESPAÑOLA DE MUNICIPIOS Y PROVINCIAS
La FEMP rechaza y reprueba las declaraciones del Alcalde de Valladolid
La Comisión Ejecutiva de la FEMP ha mostrado el rechazo unánime y la absoluta reprobación a las declaraciones efectuadas por el alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, sobre la Ministra de Sanidad, Igualdad y Política Social, Leire Pajín.
Los miembros de la Comisión Ejecutiva de la FEMP han debatido sobre un texto presentado por el grupo socialista, que a petición del propio grupo no se sometió a votación, en el que se muestra el rechazo y la reprobación de sus declaraciones y se manifesta la voluntad de que la FEMP y los Gobiernos Locales de España continuarán trabajando por la igualdad efectiva entre hombres y mujeres para construir una sociedad más justa y humana.
Previamente, el Alcalde de Valladolid ha manifestado que sus declaraciones fueron inaceptables e improcedentes y ha pedido disculpas de forma clara y contundente.
El texto, que refleja el sentir de los miembros de la Comisión Ejecutiva, afirma que la igualdad entre hombres y mujeres es un objetivo de todas las administraciones públicas y servirá para crear una sociedad más justa y humana. Hasta ahora se ha recorrido un largo camino, habiendo avanzado en el reconocimiento del papel de las mujeres en todos los ámbitos de nuestra sociedad.
Una labor que queda empañada por declaraciones absolutamente reprobables como son las realizadas por el alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva.
Estas declaraciones no tienen cabida en una sociedad democrática en la que las personas deben ser valoradas por su capacidad y no por su apariencia física, su sexo o su condición social, porque ello responde a un derecho consustancial al ser humano.
La FEMP recuerda que cuando firmó la Carta Europea por la Igualdad, se comprometió, entre otras cosas, “a garantizar que la labor de comunicación efectuada por los Ayuntamientos, Diputaciones, Consejos y Cabildos Insulares, como instituciones representativas de la ciudadanía, ya fuera pública o interna, oral o escrita, debía de estar totalmente alejada de expresiones fundadas sobre la idea de la superioridad o de la inferioridad de uno u otro de los dos géneros”.
