De crisis en crisis y de renuncia en renuncia. El proyecto europeo, aquel que los padres fundadores soñaron, aquel que los ciudadanos pertenecientes a la segunda generación construyeron y que fuera liderado por los Gobiernos Locales en el seno del Consejo de Municipios y Regiones de Europa, ya no existe.
La Unión Europea (UE) se ha visto minada por años de crisis financiera durante los cuales sus líderes no han encontrado respuestas humanamente aceptables para pueblos al borde de la quiebra. Se ha visto igualmente afectada por guerras que han causado estragos en Ucrania, a las puertas de Europa, y la zona mediterránea como consecuencia de esa incapacidad para encontrar una respuesta común. Por ataques terroristas que repiquetean a una sentencia de muerte. Por la llegada de miles de refugiados que, debido a una mala gestión, amenaza la propia supervivencia de la UE, una Unión que tanto nos ha costado construir durante los últimos 70 años.
Todo ello está poniendo en peligro uno de sus mejores logros de la UE: la libertad de circulación. Y no me refiero sólo a la de mercancías y materias primas, sino a la de ciudadanos que viajan, cambian de residencia o buscan refugio.
Pero realmente, ¿qué representa esa libre circulación para nosotros, que no hemos conocido la guerra?, ¿y para los más jóvenes, que ni si quiera han conocido el Telón de Acero o el muro de Berlín?, ¿quién, de hecho, recuerda ahora aquellas colas en la frontera belga o italiana para someterse a controles escrupulosos a la vuelta de las vacaciones? Peor aún. Para ir a Berlín, era necesario escanear el equipaje por rayos X y someterse al control militar de la policía de Alemania del Este, para garantizar que un alemán oriental no pudiese ir escondido el maletero de un coche.
Con el propósito de reflexionar sobre todas estas cuestiones, así como sobre el futuro de Europa, celebramos el Congreso que el Consejo de Municipios y Regiones de Europa (CMRE) organiza en Nicosia (Chipre) del 20 al 22 de abril: “Una visión local y regional para Europa 2030”.
El Congreso del CMRE es la cita en la que centenares de Alcaldes y representantes locales de todo el continente llevan a cabo una necesaria discusión sobre todos aquellos temas cruciales para los municipios, ciudades y regiones - inmigración, finanzas locales, reformas territoriales o cambio climático - y de cómo todas estas cuestiones tendrán un importante impacto en el futuro de la Europa que queremos construir.
Como Secretario General del CMRE y ciudadano europeo, me enorgullece haber contribuido modestamente al desarrollo de este proyecto y aprecio el hecho de que mis impuestos contribuyan a que cada ciudadano pueda tener acceso a un mayor confort, bienestar y libertad.
No obstante, estos valores se pierden con aquéllos que, a día de hoy, reviven los fantasmas del pasado y de la división. Cabe mencionar asuntos como el debate en torno a la salida del Reino Unido de la UE (Brexit), o los movimientos nacionalistas y populistas cuyos discursos albergan odio. Todo ello, de forma sutil, nos demuestra que estamos perdiendo el sentido y la dirección de la UE que sus fundadores y la segunda generación de europeos quisieron construir.
Por ello, durante el Congreso se aborda el brote de radicalismos en nuestras sociedades y de cómo los municipios y las ciudades ya están tomando las medidas necesarias para hacer frente a dicho fenómeno. Las manifestaciones de extrema derecha que tuvieron lugar en Bruselas como consecuencia de los atentados del mes de marzo, ponen de relieve la necesidad de reaccionar ante tales movimientos de manera urgente.
Confieso que en estos tiempos de incertidumbre es difícil declarar de manera objetiva, nuestro orgullo de ser europeos. No obstante, yo me pregunto: ¿qué otro continente ofrece tan alta calidad de vida y respeto por los derechos humanos como el nuestro?
Europa es el único continente donde ya no existe la pena de muerte, donde la mayoría de países reconoce la unión entre personas del mismo sexo, donde las mujeres han adquirido el derecho al aborto y a la contracepción, y donde la igualdad entre hombres y mujeres es reconocida por todos. A pesar de que esta última no se haya logrado plenamente, si es cierto que constituye una referencia para muchas mujeres en todo el mundo. Precisamente en Nicosia hablamos del éxito que está teniendo la “Carta europea para la igualdad de mujeres y hombres en la vida local” y que, precisamente, la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) ha adoptado recientemente. Este gesto, que refuerza la labor de los 126 municipios españoles firmantes de la Carta, demuestra el compromiso de la FEMP por alcanzar una sociedad donde prime la igualdad en todas las esferas de la vida política y social.
A pesar de todos estos logros, no podemos decir que todo sea perfecto en Europa. No obstante, si hay algo que estamos viendo con la llegada masiva de refugiados, es que si éstos están dispuestos a arriesgar sus vidas para buscar refugio en Europa es porque tienen la esperanza de sentirse protegidos frente a los excesos del extremismo religioso o la crueldad de dictaduras en sus países de origen. Las ciudades y los municipios han sido los primeros en movilizarse para acoger a los más de 700 000 refugiados que han llegado a Europa desde principios de 2015. Ha llegado el momento de dar un paso más y buscar la mejor manera de integrarlos en nuestros territorios, y debemos hacerlo con urgencia. Con este fin, el Congreso del CMRE está debatiendo cómo las ciudades, los municipios y las provincias pueden hacer frente a esta labor, a pesar de no contar con el apoyo financiero de sus gobiernos centrales o de fondos europeos.
La UE se ha dejado invadir por los intereses nacionales. ¿Pero quién dijo que Europa debía estar definida por los Gobiernos Centrales de la UE y su tecnocracia? Europa es una unión de naciones, compuestas a su vez por centenares de gobiernos sub-nacionales. Entonces, ¿por qué no volver a los orígenes y proponer a los territorios que se unan para hacer una Unión más fuerte, más solidaria, más sincera y más sólida? Pensemos en que Europa queremos para mañana. Nicosia es precisamente el lugar para hacer esta reflexión.
El objetivo de este ejercicio es, en primer lugar, dar voz a los que viven la realidad de los territorios europeos. En segundo lugar, realizar una publicación que compile distintas propuestas de los gobiernos locales y regionales, y que el CMRE distribuirá a las instituciones europeas.