FEDERACION ESPAÑOLA DE MUNICIPIOS Y PROVINCIAS

Alcalde carismático, “artífice del nuevo Bilbao”, Alcalde para la Historia o impulsor de la ciudad, son algunos de los calificativos con los que los bilbaínos despedían el pasado 20 de marzo, a su fallecimiento, y cuatro días después, en el funeral público, a Iñaki Azkuna, el que fuera Alcalde de la Villa durante quince años.

El pueblo de Bilbao le dio su último adiós acudiendo masivamente al funeral celebrado en una abarrotada Catedral de Santiago, y que fue seguido por miles de personas en directo gracias a las pantallas que el Ayuntamiento instaló en el centro de Bilbao.

Azkuna nació en Durango en 1943, hijo de un obrero de la metalurgia y de una costurera. Se licenció en Medicina en Salamanca en 1966 y se especializó posteriormente en Cirugía y Radiología. Trabajó como asistente extranjero en el Hospital Broussais, de la Universidad de París, y a su regreso a España fue profesor en la Universidad del País Vasco y trabajó en el Hospital de Cruces, del que acabaría siendo director.

En 1982 fue nombrado Director de Hospitales del País Vasco y ya en los ochenta se convirtió en máximo responsable del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza). Posteriormente desempeñó diversos cargos en el Gobierno Vasco. En 1999 fue elegido Alcalde de Bilbao, responsabilidad para la que sería reelegido en 2003, 2007 y 2011, convirtiéndose en el Alcalde con mayor permanencia en la Villa desde la llegada de la democracia.

En 2003 le fue diagnosticado un cáncer contra el que combatió durante más de diez años, a lo largo de los cuáles no sólo continuó desempeñando su tarea sino que, además, fue reconocido como Alcalde del Mundo, por la Fundación City Mayors (2013) y con la Legión de Honor de Francia, entre otros títulos.

Ejemplo de gestión, honestidad y esfuerzo

Para el Presidente de la FEMP, Íñigo de la Serna, Alcalde a su vez de la capital vecina de Santander, Azkuna ha sido “un grandísimo Alcalde en todos los sentidos: tanto por su gestión al frente de la ciudad de Bilbao como por su categoría humana, profesional y política. Fue un hombre muy querido y un ejemplo de gestión, de honestidad y de esfuerzo, que transmitía su amor por su ciudad y que tuvo la visión y la audacia suficientes como para conseguir que diera un giro radical, desde su faceta industrial, hasta convertirse en un lugar con una extraordinaria calidad de vida y foco de atracción mundial de visitantes”.

Para De la Serna, que asistió al funeral celebrado en la catedral de Bilbao el día 24, Iñaki Azkuna ha sido una persona “capaz de poner la sensatez y el sentido común por encima de todo, que apostaba por aunar pareceres y tender puentes entre los ciudadanos  más allá de las ideologías; de buscar lo que nos une, en lugar de lo que nos diferencia, algo que los bilbaínos han apreciado y valorado enormemente, como lo hemos hecho también los que hemos tenido la suerte de conocerle”.

Ahora, tras su fallecimiento, será el Teniente de Alcalde de la Villa, Ibon Areso Mendiguren, quien ocupe su puesto hasta las próximas elecciones.