“Más de 2.500 millones de euros de los Fondos Europeos llegarán a la despoblación”
Su estreno, en lo que al ámbito local se refiere, se produjo en la reunión de la CNAL donde el Presidente de la FEMP, Abel Caballero, resaltó, en su felicitación pública, que “el nombramiento de Paco Boya, una persona muy FEMP y muy municipalista, es una buena noticia para la despoblación”. Boya, que ha presidido la Comisión de Despoblación y Reto Demográfico de la FEMP, avanza en Carta Local su hoja de ruta en su nueva responsabilidad y destaca, entre otras cosas, que “la pandemia derivará en una oportunidad para recuperar la vida en el ámbito rural”.
Sindic, Presidente de la Comisión de Despoblación, Secretario General de Reto Demográfico… Parece, casi, un hilo de Twitter…; actualice su estado, ponga el tweet que sigue…
Siempre con los pies en la tierra
Secretario General de Reto Demográfico, ¿cuáles son los tres principales retos que se ha marcado para esta nueva etapa?
Establecer los ejes de la política de cohesión territorial. Generar dinámicas activas de cooperación en los territorios rurales con el objetivo de dotar de herramientas a los actores territoriales, especialmente municipios, asociaciones, emprendedores… Y desarrollar nuevas experiencias piloto orientadas a la búsqueda de soluciones a problemas endémicos en nuestras zonas rurales: falta de vivienda, acceso a la conectividad, la movilidad, o los procesos de innovación.
Hablamos con usted a principio del año y volvemos a hacerlo a finales… Por medio, la terrible pandemia COVID-19 que tanto daño nos ha hecho y que, también, tanto nos ha enseñado. ¿Qué le ha enseñado a usted y qué hemos aprendido todos?
El COVID-19 ha puesto en evidencia lo frágiles que somos como sociedad y como especie. Además, nos ha recordado que debemos recuperar la dimensión humana de las cosas. Posiblemente por esa razón el mundo rural vuelve a recobrar un sentido que había perdido para muchos. Recontactar con la naturaleza, con tus vecinos, y dar un nuevo sentido a las cosas sencillas vuelve a ser la clave de la felicidad para muchas personas, y en esa clave está el futuro de muchos de nuestros pueblos que parecía que ya no podían tenerlo.
¿A la España despoblada cómo le ha sentado la pandemia?
La pandemia ha sido una catástrofe en todos los sentidos, hemos perdido muchas vidas y ha transformado nuestra cotidianidad dramáticamente. Muchas personas han vivido experiencias terribles. La España despoblada y la poblada han reafirmado la evidencia de que necesitamos servicios, y en especial un servicio de salud pública robusto y capaz de atender a todas las personas que habitan lejos de los grandes centros y de los grandes hospitales. Y lamentablemente no siempre es así especialmente en las zonas rurales.
Sí que es cierto que esa España despoblada recibió una transfusión de vida durante el verano, ¿fue un parche coyuntural o el principio de algo?
Creo que es un cambio de paradigma para muchas personas que quieren recuperar una nueva dimensión en su forma de vida y el “pueblo”, lo rural, se la ofrece. Pero debemos garantizar equidad en las condiciones, conectividad, etc.; de lo contrario, este verano será solo un espejismo.
Planteábamos aquí en Carta Local, allá por abril, si la pandemia pudiera ser “una oportunidad” para esa España despoblada… ¿Usted cómo lo ve?
Los grandes cambios de la humanidad se han producido después de graves crisis, por tanto, seguro que tras esta pandemia habrá cambios en nuestra forma de vida y sobre todo en la forma de relacionarnos con nuestros entornos. Mayor sensibilidad ambiental, más preocupación por lo social y también, espero, una mayor preocupación por los intereses colectivos. Sin duda, todo ello, como he explicado, tiene una lógica que derivará en una oportunidad para recuperar la vida en el ámbito rural.
Digitalización, comunicaciones o servicios es el tratamiento… ¿Cuándo dejará de ser tratamiento para ser normalidad?
Espero que muy pronto. Los recursos que van a destinarse a la digitalización son muy importantes, de hecho ya se viene haciendo un esfuerzo en conectar con banda ancha todo el país. En relación a los servicios tenemos mucho que hacer, repensando cómo garantizamos la universalidad, el acceso de formas distintas y adaptadas a las situaciones que requieren las ruralidades heterogéneas del país. Aun así, estas son condiciones necesarias, pero no suficientes. Necesitamos, además de todo esto, el capital humano.
Van a llegar muchos recursos, millones de los fondos europeos… ¿cuánto será para la despoblación, cuánto debería ser?
Estamos precisando esos recursos, pero sin duda va a ser mucho dinero. Más de 2.500 millones de euros. Y sin duda, es dinero necesario e importante porque nos da una gran oportunidad de poner al día nuestras infraestructuras. Pero el dinero no lo es todo. Debemos generar ecosistemas socioeconómicos eficaces y sostenibles en el tiempo. El dinero ayudará, pero es muy importante generar al mismo tiempo las inversiones, dinámicas y actitudes que nos ayuden a repensar y reinventar nuestros modelos de desarrollo territorial.
Si poblar la despoblación es recuperar territorio, ¿no debería ser prioridad máxima?
Por supuesto, pero no debemos olvidar que la situación actual es el fruto de décadas de inacción. Por tanto, recuperar los territorios no es el objetivo de una legislatura, ha de ser una filosofía que impregne la política, más allá de ideologías o estrategias partidarias. Una praxis que, como en otros países europeos, forme parte de la gestión diaria de cualquier Gobierno.
Cuando hablamos allá por febrero-marzo usted decía: “El Alcalde, la Alcaldesa, debe ser el primer líder en la lucha contra la despoblación”. ¿Qué herramientas necesitan que el Gobierno pueda darles?
Los Alcaldes requieren todo el apoyo, pero si me permite le cito tres medias concretas:
En estos últimos meses, y casi ligándolo a preguntas anteriores, hemos planteado un debate aquí en Carta Local, con Alcaldes y Alcaldesas, sobre “cómo deberían ser las ciudades post-COVID”… ¿La España despoblada post-COVID cómo debería ser?
Debería ser mejor y estoy convencido que nuestro mundo rural y, en general, los territorios con riesgo demográfico van a tener nuevas oportunidades. La razón es obvia. La COVID-19 ha puesto en valor la necesidad de repensar determinados modelos neoliberales basados únicamente en el coste beneficio, con la idea de generar, únicamente, una falsa competición territorial olvidando valores clave para nuestro futuro como sociedad. Por tanto, es evidente que tras la COVID-19 vamos a construir territorios más resilientes y con más capacidad de desarrollar ese principio de “justicia territorial” de la que depende el bienestar y las oportunidades de los ciudadanos, vivan donde vivan.
La ciudad me genera una cierta inseguridad, saturación…; anímeme a poblar la despoblación, incentíveme para poblar la despoblación…
Compre un billete hacia la felicidad de las cosas sencillas y descubra que hay otra forma de vivir lejos del ruido y cerca de la naturaleza.
Francés Boya
Secretario General para el Reto Demográfico, Ministerio para la Transición
Frances Boya