“Los Ayuntamientos son la clave del Plan”
María Luisa Carcedo, Alta Comisionada del Gobierno para la Lucha contra la Pobreza Infantil
¿Cómo está funcionando el Plan Veca puesto en marcha por el Gobierno?
Está funcionando bien. El Plan se ejecuta en Ayuntamientos y Comunidades Autónomas, y ya se estaba haciendo bien, y en este servicio lo que hicimos fue reforzar el que ya existía dentro del programa de ayuda a la familia y a la infancia.
Las dos claves, los dos aspectos clave de este plan, ¿cuáles son?
Los dos aspectos esenciales encajan en evitar carencias en el verano, carencias vinculadas a dos cuestiones fundamentales que sufren familias con carencias severas y a los niños que viven en esas familias: carencias que tienen que ver con la incapacidad de las familias para hacer un gasto de vacaciones, ni siquiera una semana se pueden permitir prácticamente el 100% de las familias con carencias severas; y carencias en el sentido de que tampoco pueden asumir ningún gasto extraordinario. Esto las lleva a que durante el verano se agudice esta situación en estos niños y el objetivo del programa es dar respuesta a esto, por una parte, asegurando esa alimentación sana y adecuada a su edad, que deben seguir manteniendo una vez se suspendan los comedores escolares del curso escolar; y, por otra, manteniendo una actividad que impida ese vacío durante el verano de actividades, de ocio educativo, culturales, deportivas, etc. Las familias no pueden pagarles lo que corresponde a la tasa o un campamento, o lo que sea; y de lo que se trata es de cubrir estos dos huecos que además forman parte de la Convención de los derechos de la infancia.
¿Cómo valora el papel que en él están jugando los Ayuntamientos?
Los Ayuntamientos son la clave porque están invirtiendo muchísimo esfuerzo y dinero de sus presupuestos para suplir estas carencias. Y también para las propias familias, que en los meses de verano, cuando los niños no van al cole, necesitan ir a sus trabajos y precisan la conciliación; y por tanto, también cubren este otro papel. Los Ayuntamientos, conscientes de este problema, y por iniciativa propia, han hecho un esfuerzo tremendo. Es esta actuación de los Ayuntamientos la que nos hace situarnos en su halo para impulsar el programa.
En cuanto a los objetivos que se han fijado, ¿cumpliendo cuáles podríamos darnos por satisfechos?
Nosotros lo que hacemos es reforzar económicamente este programa, casi duplicarlo. En la actualidad el programa que está vigente llega a unos a 33.000 niños. No quisimos fijar unos objetivos cuantitativos porque es muy difícil saber cómo, porque ya los campamentos este verano estaban en marcha y lo que hicimos fue intentar reforzarlos, que se pudieran extender y que pudieran incrementar el número de niños becados. Lo que pretendemos es que para próximos ejercicios, en colaboración con las Comunidades Autónomas y con los Ayuntamientos, con la FEMP, elaborar un plan más sistemático y con mayor información, queremos montar un sistema de información que nos cuantifique a cuántos niños estamos llegando, siendo conocedores del total de niños en esta situación, con la pretensión de intentar que todos los que lo necesiten puedan tener una beca. Ese es el objetivo del programa que pretendemos diseñar para el futuro
¿Y cuál será la hoja de ruta entonces?
Queremos que el Plan tenga continuidad en el futuro pero ya con un proyecto perfectamente diseñado según la información disponible y según las necesidades conocidas. Y para eso, evidentemente, hay que contar con las Comunidades Autónomas y con la Federación Española de Municipios y Provincias, porque son los municipios, son los Ayuntamientos, los que están impulsando esto, los que fueron abriendo camino en esta necesidad y en su cobertura. Nosotros este verano lo que hemos querido es darle la relevancia que tiene, que no es una cuestión anecdótica, que es muy importante para estos niños. Hemos querido poner el foco en este problema, y hemos conseguido por lo menos que los medios de comunicación le presten atención y se sensibilice a la sociedad española de esta situación en la que muchos vecinos suyos y, sobre todo, muchos niños sufren, y puede ser motivo de desventajas que no queremos que sucedan.
¿Y qué más podrían o deberían hacer las Entidades Locales en la lucha contra la pobreza infantil?
Creo que están haciendo muchas cosas de las que influyen, atemperando las situaciones de pobreza en hogares, porque la pobreza infantil es pobreza en los hogares. Cuando los Ayuntamientos están pagando facturas de consumo eléctrico porque las familias no pueden pagarlo están ayudando la pobreza infantil, cuando los Ayuntamientos están promoviendo que no haya desahucios, porque están pactando y negociando con entidades financieras para que no desalojen a familias con niños, están combatiendo la pobreza infantil, cuando los Ayuntamientos están poniendo en marcha programas para familias vulnerables también están combatiendo la pobreza infantil. Podemos poner muchos ejemplos de iniciativas municipales y de los servicios sociales de base que son realmente los que están poniendo medidas para que no sufran los niños la pobreza de sus hogares. Todas estas medidas están previniendo situaciones dramáticas para la infancia que vive en hogares muy vulnerables. También me refiero a programas para prevenir el fracaso escolar que en algunos Ayuntamientos lo están poniendo en marcha, y también nos queremos fijar en ellos, y ver el ejemplo de lo que están haciendo, porque es otro de los programas que creemos que hay que impulsar.
¿Qué relación va a mantener entonces el Alto Comisionado con los Ayuntamientos y con la FEMP?
Este programa lo empezamos hablando con la Federación de Municipios y Provincias, para ver lo que se estaba haciendo, que se conociera lo que hacían en algunos Ayuntamientos, para fijarnos e impulsar el programa Veca a partir de ahí. Por eso, agradezco a los Ayuntamientos sus iniciativas y su impulso, junto con alguna Comunidad Autónoma, y haber dado un paso adelante en poner remedio a esta necesidad apremiante de muchos niños y niñas.
¿Considera necesario que el problema de la pobreza infantil sea abordado a través de una ley como en el caso de la dependencia, por ejemplo?
Son varias las medidas que hay que adoptar, tanto desde el punto de vista de prestaciones, –la dependencia es una prestación–, como de medidas económicas. Por ejemplo, la Ministra de Trabajo anunció un programa de lucha contra la precariedad laboral. Eso es combatir la pobreza infantil, porque los niños que viven en hogares con empleo muy bajo, muy baja intensidad laboral o sin empleo, y sin cobertura del desempleo, son niños que están en situación de pobreza y con carencias. Por tanto son muchas las medidas, no solamente una. Con una ley se puede resolver alguna prestación pero no se resuelve el conjunto de claves económicas que colocan a estas familias en situación precaria.
Después de una dilatada carrera política, ¿qué supone para usted esta nueva responsabilidad pública?
Estoy muy honrada porque el Presidente haya pensado en mí para esta responsabilidad. Es un asunto que llevo muchos años intentando poner en la agenda política desde distintas responsabilidades, desde el Congreso, desde el Senado, desde el propio Partido Socialista. El Presidente del Gobierno siempre estuvo muy preocupado también por este asunto, muy sensibilizado. Y ahora tengo la oportunidad de trabajar por ello, y ahí estamos con todo el entusiasmo y con toda la fuerza de que seamos capaces
María Luisa Carcedo, alta Comisionada del Gobierno para la Lucha contra la Pobreza Infantil