¿Qué es el Compromiso 2030?
Es un Compromiso para hacer frente a las distorsiones y al impacto negativo que ha causado la globalización en tres ámbitos muy importantes: el social, el económico y el medioambiental. Y a su vez es un Compromiso para que el camino del desarrollo de los próximos años se haga sin destruir nuestro planeta ni dejar a nadie atrás. Los últimos años de desarrollo han traído unos costes muy grandes en cuanto a sostenibilidad y uso de los recursos naturales. Y el crecimiento económico no ha beneficiado a todos por igual y ha dejado a mucha gente en las orillas. El Compromiso 2030 es para las personas y para el planeta.
¿Por qué es vital?
Porque no podemos seguir desarrollándonos como hemos hecho durante los últimos 30 años. Estamos llevando el planeta a los límites. Para que muchas partes del mundo avancen en su desarrollo no se pueden utilizar los recursos de la forma en que los hemos utilizado ya los países más avanzados. También es vital porque nuestro planeta no puede ser un lugar en el que algunos lo tengan todo y otros no tengan nada. Somos seres humanos y hay una Declaración Universal de Derechos Humanos que nos obliga.
Y, sobre todo, el Compromiso es necesario porque no hay alternativa. Llegamos a un punto en el que, como no cambiemos las cosas que hacemos y la manera en la que las hacemos, nos abocamos al precipicio.
Agenda 2030. ¿Cómo la definiría?
Es una oportunidad para hacer todo lo que debemos hacer de una forma organizada, en sincronía con todos los países del mundo. La Agenda 2030 es una visión y es un plan de acción, prácticamente un nuevo contrato social y también el mecanismo concreto de aplicación de una serie de medidas muy específicas. Es un lenguaje común, el lenguaje 2030, el de los ODS, que to dos vamos hablando poco a poco, con el que nos comprendemos y nos comparamos mejor y aprendemos mejor unos de otros. Y este lenguaje común permite una multiplicación exponencial del impacto positivo.
¿Qué riesgos corremos si perdemos este tren?
Corremos un riesgo medioambiental muy grave. Nuestra biodiversidad va desapareciendo, el impacto del cambio climático es muy grande, y España es vulnerable. Tenemos zonas ya afectadas, cuencas hidrológicas que pierden agua, sequías…
Y están los riesgos sociales. Un porcentaje alto de la población no se ha beneficiado de la mejora económica de los últimos años, cientos de miles de personas en riesgo de exclusión o ya excluidos de las dinámicas cotidianas de la sociedad. Nos arriesgamos a tener un país fragmentado. Son riesgos muy grandes para la colectividad y riesgos para el planeta.
¿En este marco, que están llamados a hacer los Gobiernos Locales?
Es imposible cumplir la Agenda 2030 sin la plena involucración y el liderazgo de los Gobiernos Locales. ¿Por qué?, porque son los espacios de gobernanza más próximos a los ciudadanos. Cuando un ciudadano tiene un problema de asistencia social, educación, movilidad, el primer lugar al que va es al Ayuntamiento, y estos espacios de Gobiernos Local dan respuestas. La Agenda 2030 es un marco para dar estas respuestas desde la proximidad a cada uno de los problemas. Lo que necesitan los Gobiernos Locales son competencias, apoyo y, en todos los aspectos, capacidad para resolver los problemas cotidianos. Y es algo que los Gobiernos de los Estados deben de facilitar “con ganas”, porque la contribución de los Gobiernos Locales a estas transformaciones tan grandes es fundamental. Temas como el saneamiento de aguas, protección de biodiversidad, o inclusión social, se resuelven a escala local, pero necesitan la conexión a otras escalas, la regional y la nacional y los grandes organismos internacionales. Los Gobiernos Locales están en el extremo de este tentáculo tan poderoso que es llegar a la gente con acciones específicas y con soluciones, que es lo que los ciudadanos necesitan.
Además, son los espacios donde se escuchan las necesidades de los ciudadanos, espacios de inmediata reflexión porque allí se sabe por dónde va la ciudadanía, a qué problemas hay que responder. La descarbonización, por ejemplo, pasa porque las ciudades sean capaces de organizar los sistemas de transporte, puedan trabajar con las empresas para ver cómo aceptan y lideran procesos de descarbonización en los procesos productivos.
Ciudades y municipios desempañan un papel fundamental que, creo, hasta ahora se ha puesto poco en valor, pero cada vez lo está haciendo más. En Soria lo hemos visto: las soluciones vienen de los municipios, pero han de tener el respaldo de los Gobiernos de los Estados.
Think Europe, Pensar Europa, ha sido el nombre del Congreso celebrado en Soria. Usted fue nombrada por el Instituto Europeo para la Igualdad de Género en 2010 una de las 12 personas que inspiran Europa. A día de hoy ¿qué inspira Europa?
Creo que ahora Europa nos inspira relativamente poco. Pero como somos europeístas convencidos y multilateralistas determinados queremos que Europa nos inspire más, nos inspire transformación, inclusión, nos inspire progreso. Lamentablemente, los últimos años hemos tenido una Europa que ha ido con un poco de retraso respecto a las necesidades más acuciantes de las personas, porque existía la necesidad imperiosa de salvar una moneda única, y se hizo por métodos que han exigido mucho de los ciudadanos, sobre todo de algunos países.
Yo tengo confianza en que a los europeístas que queremos que no sea puramente económica, sino cada vez más pendiente de los ciudadanos, Europa nos inspire muchísimas más cosas y sea el espacio de convivencia y de solución de los problemas más comunes.