A lo largo de cuatro décadas después de aquel mes de junio de 1981 y de aquella primera Asamblea de Torremolinos, hemos visto la consolidación de las Administraciones Autonómicas, hemos atendido a una primera descentralización, a una Ley de Bases de Régimen Local, a la ratificación por parte de España de la Carta Europea de Autonomía Local, a una normativa sobre Haciendas Locales y a otros muchos avatares que han venido con la historia, como esta pandemia…
Hemos seguido reclamando y proponiendo competencias y recursos para su gestión eficaz desde los Ayuntamientos, mayor autonomía local, más peso en el entramado constitucional del Estado, un marco financiero que, en línea con el principio constitucional “nutra” a las Haciendas Locales “de tributos propios y de participación en los del Estado y de las Comunidades Autónomas” y una participación en el gasto público que se ajuste a ese ideal del 50-25-25…
Y, al mismo tiempo, hemos seguido demostrando que nuestra capacidad de gestión está fuera de toda duda, que actuar desde la proximidad no solo es más efectivo, sino que, además, resulta imprescindible en ciertos momentos, como los vividos en cada una de las olas de la COVID 19 que ha puesto a prueba a Administraciones e instituciones de todo el planeta. Y, nosotros, los Gobiernos Locales españoles, hemos superado ese examen cada día. Por eso es justo que se nos oiga en los Consejos y Conferencias Sectoriales donde se trabaja por la recuperación, es justo que pidamos participar en los fondos europeos para esa recuperación y lo es también que demandemos lo mismo sobre los fondos asignados a las Comunidades Autónomas, porque desde los Ayuntamientos nos hemos visto obligados a asumir tareas encomendadas a las CCAA sin los recursos que ellas reciben.
Es el momento de consolidar nuestras capacidades en una norma de régimen local que reconozca nuestras competencias; es el momento de diseñar una ley que reconozca la financiación adecuada de esas competencias en el marco constitucional; es el momento de contar con el marco que asegure la autonomía local. Cuarenta años después de Torremolinos es, sin duda alguna, el momento de hacer real la segunda descentralización.