Y esto es una gran noticia. Lo es para nosotros, porque supone el reconocimiento y el respaldo de algo que, de facto, ya veníamos haciendo. Pero, sobre todo, es una buena noticia para las mujeres maltratadas porque, como bien subrayó la Vicepresidenta del Gobierno y Ministra de Igualdad, Carmen Calvo, las víctimas acuden antes a su Ayuntamiento que a una comisaría. La cercanía de las instituciones locales no es sólo física; es también, y sobre todo, social y personal, porque los Servicios Sociales municipales son profundos conocedores de las realidades, con frecuencia complejas, de sus vecinos; son los que detectan situaciones de riesgo y en ocasiones, los primeros en alertar. Ahora, la Ley también lo reconoce.
Esa gran noticia de respaldo normativo ha venido acompañada de asignación de fondos específicos: 20 millones de euros este año y 40 el próximo. Lo pedimos, y lo argumentamos y defendimos con insistencia con el anterior Gobierno, y ahora lo hemos conseguido. No sólo el apartado económico, de hecho en el marco del Pacto de Estado contra la Violencia de Género se destaca el protagonismo municipal y se da cobertura a ese liderazgo en las acciones.
La lucha contra el maltrato machista está en la agenda de las Administraciones, una agenda en la que también se ha colocado, con derecho propio, la despoblación de nuestros municipios, ese frente de batalla en el que la FEMP lleva presente mucho tiempo y al que dio relevancia con la creación de una Comisión específica en su XI Pleno, celebrado en 2015.
Ahora, con una estructura ya constituida, un Comisionado específico y el compromiso de buena parte de la sociedad, ha llegado el momento de emplearse a fondo. La despoblación ya no es un fenómeno exclusivo del medio rural, sino que está llegando a algunas capitales de provincia que, en los últimos padrones, confirman pérdida de habitantes. La España interior envejece y se despuebla. Desde la FEMP trabajamos también buscar la mejor manera de abordar estos asuntos. En Albacete acabamos de hacerlo desde la perspectiva de la salud, abordando el envejecimiento en los espacios rurales; y ahora en octubre, los días 18 y 19, Aguilar de Campoo será el centro estratégico contra la despoblación con la celebración del III Congreso. El reto demográfico no atañe sólo a los municipios que ven reducirse sus censos, también afecta a las grandes urbes, que crecen a su costa pero tienen cada vez más difícil asegurar la calidad de vida y servicios dignos a sus habitantes.