La amenaza trágica y real de una pandemia que aún sigue presente nos ha obligado a todos a dar respuestas rápidas y eficaces a necesidades que, apenas meses antes, resultaban impensables. La irrupción de la crisis sanitaria y la inmediata crisis económica han hecho aflorar la pobreza en sus versiones más duras y han llevado a situaciones de necesidad a colectivos para los que esa realidad parecía imposible. Los Gobiernos Locales hemos estado ahí, porque junto con nuestras actuaciones en materia sanitaria o de seguridad estuvieron y siguen estando las respuestas de carácter social.
Por eso, hemos celebrado la llegada del Ingreso Mínimo Vital, el IMV, cuyos contenidos quedan recogidos en un extenso número de páginas de esta edición de Carta Local, una iniciativa que cuenta con el respaldo municipal plasmado en la Declaración que la Junta de Gobierno aprobó en su última reunión. Los Gobiernos Locales estamos comprometidos con esta iniciativa concebida para asegurar unas condiciones de vida mínimas a aquéllos a los que la pobreza ha hecho extremadamente vulnerables. Gestionar, asesorar, ayudar en los procesos de solicitud, atender y acompañar son algunas de las tareas que podemos desempeñar porque somos los que mejor conocemos el día a día de las personas, también de aquéllas que no tienen nada.
El desempeño adecuado y completo de esa gestión vendrá regulado por futuros convenios, y la cobertura de los costes suplementarios que nos ocasionen estas actividades será objeto de la enmienda que la FEMP presentará a la Ley sobre IMV durante su tramitación parlamentaria. Así lo recoge la Declaración aprobada, y así lo llevaremos adelante.
La habilitación de un fondo específico para IMV era una de las demandas plasmadas en el documento de propuestas económicas y financieras dirigido al Ejecutivo en el que, también, reclamábamos el uso de nuestros remanentes para afrontar los gastos ocasionados por la pandemia. Nuestras conversaciones con el Gobierno avanzan y los remanentes ya forman parte de esas conversaciones. Estoy convencido de que la FEMP, el frente común del municipalismo, conseguirá acogida a sus propuestas y respuesta a sus demandas. No es un proceso fácil, pero hemos avanzado. Nuestra unión nos hace más fuertes.