Si ya fuimos ejemplo para otras Administraciones con nuestros datos de endeudamiento, y ya contribuimos con nuestro superávit a alcanzar los objetivos de déficit de nuestro país, ahora hemos vuelto a ser de nuevo paradigma con esos 24,84 días de media que tardamos en pagar a nuestros proveedores, una cifra que está por debajo del plazo fijado por el Gobierno y que viene a consolidar nuestra aportación al impulso de la economía nacional.
Las Entidades Locales seguimos sacando músculo y dando cuenta de nuestro trabajo responsable para cumplir con los estándares de calidad que exigen los ciudadanos a su Administración más cercana.
Y si somos protagonistas en la recuperación económica de nuestro país, también lo hemos de ser en la recuperación de la credibilidad de Administraciones e instituciones. La idea que prevalece entre los ciudadanos sobre una corrupción extendida por todos los niveles de Gobierno, muestra la alarma y gravedad que producen comportamientos opuestos a cualquier ejemplaridad. Sin embargo, y sin restar crítica alguna a hechos tan lamentables, sí me gustaría recordar que ante la actuación impropia de un responsable político, prevalecen las actuaciones correctas de la inmensa mayoría, las que, en principio, no tienen otro mérito que el de la honestidad y el trabajo bien hecho.
Por eso, y aunque ya se trata de un argumento conocido, no quiero dejar de recordar que los actores locales, Alcaldes y Concejales, con la cercanía a nuestros vecinos, con el conocimiento que ellos tienen de lo que somos y lo que poseemos, podemos ser el canal para que los ciudadanos recuperen la confianza en los políticos. Si un ciudadano no confía en sus políticos más próximos, difícilmente lo hará en aquéllos a los que sólo ve en televisión. Nuestras cuentas dicen que lo hemos hecho bien. Es el momento de dar valor también a nuestras actitudes.