El esfuerzo continuado y la gestión inteligente de los recursos han sido, sin duda alguna, dos de los instrumentos que han permitido dar este golpe de timón y revertir una situación que partía con expectativas bastante oscuras. Sin embargo, no han sido los únicos.
La respuesta recibida desde el Ministerio en algunos de los temas que hemos señalado como fundamentales también ha supuesto un impulso decidido. Me refiero a cuestiones como el Plan de Pago a Proveedores, y sus sucesivas mejoras, el destino del superávit, o al aplazamiento del reintegro de las liquidaciones negativas de 2013 y 2014, inicialmente planteado a diez años y ahora ampliado a veinte, a petición de la Federación.
No hay duda de que en el Ministerio hemos encontrado un interlocutor abierto. Por eso, ahora, seguimos insistiendo en nuestras demandas y pedimos la flexibilización del techo de gasto para poder abrir algo más nuestro margen de maniobra. Emprender la senda de la recuperación no serviría de nada si nuestro esfuerzo no puede ir a más en dinamización económica y creación de empleo en nuestros territorios. Por eso persistimos en una reivindicación que consideramos razonable y justa.
Nos avalan las cifras, incluidas las de la deuda local que el Banco de España publicó recientemente y sobre las que informaremos en siguientes ediciones, que muestran que la Administración Local ha sido, de nuevo, la única que en el segundo trimestre de este año ha reducido su volumen de deuda respecto al mismo periodo del ejercicio precedente. No creo que existan muchas otras maneras de demostrar que sabemos trabajar con responsabilidad. Es el momento de ver atendidas nuestras demandas.