FEDERACION ESPAÑOLA DE MUNICIPIOS Y PROVINCIAS

Cuando en el año 936 Abderramán III, de la dinastía Omeya y primer Califa de Al-Ándalus construyó Madinat Al Zahra, lo hizo con la intención de crear algo grandioso. Ya su nombre, la “Ciudad que Brilla”, apuntaba en esa línea en un territorio que, por aquel entonces, había visto alumbrar el Califato de Córdoba y, con él, uno de los mayores periodos de esplendor de la España musulmana que situó a la capital cordobesa entre las ciudades más adelantadas del mundo.

Medina Azahara fue sede del Gobierno y residencia del Califa. Sin embargo, esa ciudad brillante, hecha para perdurar, apenas llegó al siglo de vida. En 1010, como consecuencia de la guerra civil que acabó con el califato y que dio origen a los reinos de taifas, la ciudad fue destruida y, según apuntan algunas voces, “borrada de la historia”, sus ruinas expoliadas y parte de los materiales, utilizados para la construcción de otros edificios, desde el Alcázar de los Reyes Cristianos o la Giralda, en Sevilla, hasta conventos y casas señoriales, incluso en la época de la Córdoba cristiana.

La zona donde quedaron los restos a lo largo de los siglos pasó a conocerse como Córdoba La Vieja. Hizo falta que pasaran más de 800 años para que el académico Pedro de Madrazo identificase aquellas piedras como Medina Azahara, y sesenta años más para que, ya en 1910, comenzaran las excavaciones, en este caso, a cargo del arquitecto Ricardo Velázquez Bosco. Desde este momento y hasta el fallecimiento de Velázquez, en 1923, los trabajos se centraron en descubrir la estructura general y permitieron excavar la residencia real y diversas zonas. Ese mismo año, Medina Azahara pasó a ser reconocido como “Monumento Nacional”.

Las excavaciones prosiguieron a lo largo del siglo XX y hasta 1985, año en el que la Junta de Andalucía asumió la gestión, se habían excavado 200.000 metros cuadrados. En la actualidad las excavaciones y rehabilitación del complejo continúan en un entorno preservado que, además hace posible la recuperación de los valores paisajísticos que hicieron el lugar atractivo para la construcción de la ciudad.

Bahréin, julio de 2018

Con tantos valores descubiertos en el yacimiento y con tantos pendientes aún de descubrir, se elaboró la candidatura del Conjunto Arqueológico de Medina Azahara. Y el primero de julio en Manama, la capital de Bahréin, el Comité de Patrimonio Mundial de UNESCO, en el marco de su 42ª Sesión, resolvió inscribirlo en su Lista.

Con esta incorporación, España consolida su posición como tercer país del mundo en bienes materiales reconocidos con esta calificación. En total son 47, contando el Conjunto Arqueológico cordobés, y de ellos, 41 son patrimonio cultural, cuatro son patrimonio natural y otros dos tienen carácter mixto. A los bienes materiales se suman otros trece elementos que tienen la consideración de Patrimonio Cultural Inmaterial. Y en ambos conjuntos, la ciudad de Córdoba está representada: Medina Azahara es el tercero de los bienes materiales (junto a la Mezquita y al Centro Histórico de Córdoba) y la Fiesta de los Patios el primero y único –por el momento- de carácter inmaterial. Con todo ello, la ciudad andaluza se convierte en una de las del mundo con mayor número de bienes reconocidos, lo que su Alcaldesa, Isabel Ambrosio, resumía diciendo que “nos sitúa como un gran referente mundial en temas patrimoniales” (ver entrevista en las páginas siguientes).

A Bahréin acudieron la propia Ambrosio junto con máximos representantes de la Diputación Provincial, la Junta de Andalucía y el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, una muestra de la estrecha colaboración que han mantenido las tres Administraciones a la hora de presentar y defender la candidatura