FEDERACION ESPAÑOLA DE MUNICIPIOS Y PROVINCIAS

El programa “Municipios por la Tolerancia” está dirigido a todos los Ayuntamientos que quieran visibilizar su compromiso con la aplicación de unos principios básicos contenidos en un documento denominado “Carta para la Gestión Municipal de la Diversidad Religiosa”, y proporciona a los municipios que la firman las herramientas y recursos necesarios para mejorar su gestión cotidiana de esta realidad. Los Ayuntamientos adheridos hasta ahora son los de Bilbao, Burgos, Cartagena, Castellón, Fuenlabrada, Guadalajara, Málaga, Valladolid y Olivenza. 

 

El Presidente de la FEMP, Abel Caballero, que agradeció el apoyo institucional permanente de la Vicepresidenta del Gobierno al municipalismo y a las Entidades Locales, destacó en el acto de presentación que ‘Municipios por la Tolerancia’ es un nombre redundante, porque “los municipios somos en esencia tolerancia ya que en la política de la modernidad y en la política de entender los movimientos que subyacen y laten en cada ciudad y en cada territorio están los valores. Y todos nos enriquecemos con esa diversidad”. 

 

Caballero sostuvo que la religión es “seguramente la convicción más profunda” de un ser humano que la profesa y se une “a otros conceptos de enorme importancia” como la democracia, la libertad la convivencia, la forma de generar espacios colectivos de coordinación e impulso y la forma de entendernos en los municipios y ciudades. “Eso es lo que ‘Municipios por la Tolerancia’ representa, lo que todos los municipios representamos, estemos ya en la red o no”. 

 

El Presidente de la FEMP hizo una llamada de atención a permanecer en el proceso de avance, pero “vigilantes a los retrocesos que se pueden producir” y en este sentido señaló que “una parte de nuestra función es entender la democracia, la convivencia, la tolerancia y la acción política institucional para avanzar, pero también para marcar puntos de no retroceso en ámbitos sensibles donde es tan fácil retroceder”. A su juicio, “debemos evitar la confrontación política en esta cuestión y apostar por la colaboración, por el trabajo por la convivencia”. 

 

La Vicepresidenta Primera del Gobierno y Ministra de la Presidencia, Carmen Calvo, puso de relieve que “trabajar por la diversidad religiosa es trabajar por una democracia más amplia y fuerte, una democracia que podamos legar”, y abogó por “sostener la democracia, ampliarla y trasladarla a las siguientes generaciones en las mejores condiciones posibles”. A su juicio, “libertad, igualdad y solidaridad son valores que van juntos y la realidad de nuestro país es de diversidad. La diversidad es connatural a la humanidad y la democracia nace para asumirla, protegerla y sostenerla”. 

 

 

Los municipios adheridos a la Carta para la Gestión Municipal de la Diversidad Religiosa asumen el compromiso de orientar su gestión al cumplimiento de una serie de principios y objetivos, entre ellos el reconocimiento de la diversidad religiosa en el municipio como una expresión de la riqueza cultural y el pluralismo de la sociedad; la garantía del ejercicio de la libertad de religión, así como la promoción de las condiciones para que la igualdad y la libertad de las personas y de los grupos en que se integran sean efectivas; y la eliminación de toda forma de discriminación injustificada basada en las creencias, así como el fomento de políticas, dirigidas a este fin. 

 

Otros puntos contenidos en la Carta son el fomento del respeto, la comprensión y la tolerancia hacia la diversidad religiosa; el impulso de la coordinación y colaboración interadministrativas, estableciendo canales de diálogo y acuerdos con otros municipios u otras instancias administrativas; la adopción de mecanismos de consulta y participación de las comunidades religiosas para garantizar la integración de los grupos minoritarios y evitar situaciones conflictivas; y la promoción de espacios de diálogo y conocimiento mutuo entre las iglesias, confesiones y comunidades religiosas del municipio. 

 

Los Ayuntamientos firmantes tienen acceso a una herramienta de autodiagnóstico que les proporciona información sobre el nivel de adecuación de su gestión municipal a los principios y objetivos de la Carta; asesoramiento técnico especializado en cualquier momento; formación ajustada a sus necesidades; participación en foros de intercambio de experiencias entre municipios; y posibilidad de participar en un programa de evaluación externa para la mejora de la gestión municipal de la diversidad religiosa y desarrollar sus propios planes de mejora de la mano de un equipo de expertos.