El Erasmus Rural permite a los estudiantes de la Universidad de Zaragoza poner en práctica los conocimientos adquiridos en empresas, entidades públicas y fundaciones del mundo rural con unas ayudas que contemplan el alojamiento, el desplazamiento, una ayuda al estudio y su seguridad social.
Los perfiles que tienen cabida en el mundo rural son diversos. Desde la Universidad de Zaragoza se destaca que los más solicitados por las decenas de Entidades que participan en el Proyecto son Administración y Dirección de Empresas y Veterinaria. No son los únicos. Bellas Artes, el tercer perfil más demandado viene seguido por estudiantes del ámbito de Historia, Ingeniería, Terapia Ocupacional, Magisterio o Márketing.
Celestinas Laborales
Tras este Erasmus Rural hay una vocación de “Celestina”, reconoce Luis Antonio Sáez, Director de la Cátedra sobre Despoblación y Creatividad de la Universidad de Zaragoza y uno de los principales impulsores del proyecto. “Somos algo así como Celestinas Laborales. En el mundo rural hay recursos, como los que provienen de las ayudas LEADER, y hay necesidades que no se cubren por falta de talento y recursos humanos, talento que hay en nuestras universidades. ¿Por qué no promover que se encuentren?”.
Sin embargo, como incide Sáez, la experiencia va más allá de llevar las prácticas al mundo rural. “Para muchos es el primer contacto real con la vida rural. Con esta experiencia se ofrece la oportunidad de reinterpretar vida en el pueblo y se muestra el potencial para emprender, para crear y para vivir”. Sin embargo, queda algo pendiente, lamenta Sáez, que fuera un aprendizaje más humano.
El Erasmus Rural se ha encontrado con trabas para que sea una inmersión total, humana. Sáez explica a Carta Local que se intentó que los estudiantes pudieran vivir con vecinos de las zonas donde fueran a hacer las prácticas, alojándolos en casas de los pueblos. Sin embargo, la legislación no lo permitió.
“Debemos ser más abiertos, ir más allá”, aseguró Sáez, quien lanza el reto a la Administración de comprender que el gran aprendizaje que deja esta práctica es el convivir, que una de las mayores lecciones que pueden aprender los estudiantes es la que pueden dar los vecinos del mundo rural.
Vivir en el Pueblo
Y, a pesar de esos obstáculos, los estudiantes se sumergen en el mundo rural. Y algunos, como Paula Solanilla, se quedan. En el caso de Herrera de los Navarros, destaca que es un pueblo “bien comunicado, tranquilo pero cercano a la ciudad”. Explica que tras las prácticas de su ‘Erasmus’ le ofrecieron un “trabajo que le encanta” y que, además, ha descubierto en la tranquilidad y en la cercanía del municipio un estilo de vida con el que es feliz.
Paula hizo las prácticas en el Ayuntamiento de Herrera de los Navarros. Su Alcalde, Enrique Felices, destaca que el Erasmus Rural fue “muy bueno” para el municipio, tanto que decidió repetir la experiencia en 2019. Gracias a esta práctica el municipio pudo contar con estudiantes de disciplinas como Derecho o Márketing para repensar sus retos en estos temas.
“Ellos nos aportan su visión, su experiencia y su creatividad. Nosotros les enseñamos que en un pueblo hay vida, hay oportunidades para poner en práctica su vocación y sus ideas”, asegura el Alcalde. Sin embargo, Felices cree que el Erasmus Rural debería ser más largo y dar la oportunidad a los estudiantes de conocer la realidad del municipio en verano y, la otra cara, el otoño y el invierno.
Otros estudiantes, como Derry Holgado y María Foradada han descubierto el patrimonio rural. Ambos, han vivido los retos del día a día en la gestión de la Zaragoza mudéjar y enfatizan en que la clave para irse al pueblo es el acceso a servicios básicos como la sanidad o el transporte. Además, destacan que este tipo de experiencias permiten conocer el mundo rural, descubrir qué recursos tiene.
Por el momento, ellos no se han quedado en los pueblos que recorrieron, pero sí siguen vinculados a su patrimonio, al trabajo que realiza Territorio Mudéjar; una asociación de Ayuntamientos que ve e impulsa el patrimonio mudéjar como motor de desarrollo de los pueblos.
Retos para Poblar la Despoblación
Con el Erasmus Rural, como coinciden todos los actores implicados, se logra romper prejuicios sobre la vida en los pueblos. Sin embargo, hay desafíos como las cargas burocráticas para emprender en el mundo rural o el acceso a servicios básicos que el entusiasmo y la creatividad pueden “hacer más llevaderos, pero no erradicar”. Ante esta situación, recuerdan dos claves: simplificar y cooperar. Poblar la Despoblación mediante la atracción del talento requiere una mayor agilidad administrativa y mayor implicación, como resumía el profesor Sáez, que “las cosas de palacio dejen de ir despacio”, y potenciar la colaboración entre territorios de toda España y Europa para generar un frente común ante el reto demográfico. Una respuesta europea para que las zonas que son “vaciadas” puedan llenarse con ideas nuevas, innovadoras; con nuevas fuerzas que ayuden a que esa España que se vacía, pero no se rinde, siga llena de vida.