FEDERACION ESPAÑOLA DE MUNICIPIOS Y PROVINCIAS

23 Diciembre 2024

Los primeros desplazados climáticos

La agricultura en España empieza a padecer los efectos del cambio climático. Terrenos afectados por las altas temperaturas ven perjudicada su fertilidad y finalmente la sequía los acaba convirtiendo en zonas áridas, inservibles para la actividad. Los vecinos de estas zonas se ven obligados a abandonar sus cultivos y buscar otros territorios más fértiles. Los expertos los denominan los primeros desplazados por el cambio climático. Un fenómeno que previsiblemente irá en aumento en los próximos años. Almería y Murcia son las provincias más afectadas.



En las tierras altas de Lorca, en la provincia de Murcia, ya saben desde hace años lo que es perder población como consecuencia de la escasez de lluvias. Avilés, por ejemplo, un pequeño pueblo conocido por sus plantaciones de vid y almendros es una de estas zonas muy castigada por el cambio climático. La mitad de los campos están perdidos. No tienen ni viña, ni cereal. Pero es que ni siquiera están labrados. “Sin agua se pierden los almendros y los pocos recursos que tenemos. En los últimos años hemos perdido muchos habitantes”, apunta el presidente de la Comunidad de Regantes Tierras Altas de Lorca, Juan García Corbalán. 
 
En España, Almería y Murcia son las dos provincias donde se han vivido con más intensidad las consecuencias de esta situación. En ambos lugares, sobre todo en Almería, la escasez de agua, la salinización, la contaminación de suelos por pesticidas y la pérdida de áreas naturales han degradado significativamente los terrenos y echado a perder gran parte de las cosechas a lo largo del tiempo. 
 
La Fundación Alternativas, cuyo objetivo primordial desde su creación en 1997 es el análisis objetivo de la realidad, nacional e internacional; ha analizado este fenómeno en el Informe sobre sostenibilidad en España 2018, en uno de sus últimos trabajos. Su pronóstico es inequívoco: “El cambio climático en España reducirá las lluvias y aumentará la desertificación y esto podría obligar a desplazarse a grupos de población de unas regiones a otras”. El área más vulnerable será el arco mediterráneo, una de las zonas más pobladas del país. 
 
Volviendo a Lorca, a aquellas tierras empieza a conocérselas como “secano rabioso” porque cada vez llueve menos. Antes llovía y todo el mundo vivía de la agricultura, pero últimamente eso ha cambiado. Ángel Ramón Meca, Concejal de Desarrollo Rural de Lorca, hace un crudo diagnóstico: “Se han perdido entorno a unos 800 habitantes en estas pedanías. Tenemos que tener en cuenta que las siete pedanías que aglutina la zona alta de Lorca no llegan a los 5.000 habitantes”. 
 
El sector vitivinícola, uno de los más afectados, que padece con preocupación el aumento de las temperaturas y la mayor aridización del campo, ve cómo descienden la producción y las superficies cultivadas y se plantea escenarios de adaptación al cambio climático mediante el traslado de cultivos hacia zonas de mayor altura o hacia el norte. 
 
Pero otros agricultores ya están buscando alternativas para evitar ese desplazamiento a otras zonas. Entre ellas destaca el cultivo de pistachos, que tienen un valor muy superior al del almendro, pero como contrapartida, tardan más en entrar en producción. Y otras opciones pasan por volver a los oficios tradicionales, como la producción de alfombras.
 
Sin embargo, algunas personas ya han comenzado a buscar distintos medios de vida en otras localidades ante la imposibilidad de encontrar una alternativa segura para quedarse. Del mismo modo, gran parte de los temporeros que vivían en estas regiones han tenido que emigrar buscando trabajo en otras partes. 
 
País expuesto
 
En el informe de la Fundación Alternativas se afirma que España, dado que es un país especialmente expuesto a los impactos del cambio climático, está experimentando, entre otros efectos, una mayor desertificación del territorio, un aumento de las temperaturas, un descenso de las precipitaciones o una creciente escasez de agua. 
 
Mientras que un estudio reciente de la revista Nature Climate Change predice que para 2050 más del 30% de la superficie del mundo podría estar bajo riesgo de desertificación, en España los datos del entonces Ministerio de Medio Ambiente proponen un escenario donde el total de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas llega a 37,4 millones de hectáreas de las 50,5 millones del total del territorio, lo que implica que éste es un fenómeno que no afecta sólo a la mitad sur peninsular, sino que va ganando terreno hacia el norte.
 
 
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