La Cumbre Mundial de Líderes Locales y Regionales en la capital de Colombia, organizada por Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU), que convoca cada tres años, servirá además para dar a conocer la posición de las autoridades locales y regionales en torno a los principales retos de las agendas de desarrollo global (ODS, Hábitat III), plasmar los avances producidos en materia de democracia local y descentralización y, finalmente, presentar las recomendaciones que este colectivo llevará de Bogotá a la Conferencia de Hábitat III en Quito, que tendrá lugar un mes más tarde.
Una apretada agenda de trabajo que se completa con la celebración del 5º Congreso Mundial de CGLU, en el que se producirá la elección de un nuevo Presidente y se renovará la dirección de la organización. Al encuentro de Bogotá está previsto que acudan más de 3.000 líderes electos locales y profesionales de todo el mundo.
Declaración de intenciones
Kadir Topbas, Alcalde de Estambul y Presidente de CGLU, destaca el hecho que por primera vez en la historia de esta organización, este Congreso Mundial coincide en el tiempo con un Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Urbano Sostenible: la Conferencia Hábitat III de Quito.
También señala que la Cumbre “nos permitirá fomentar las recomendaciones, las prácticas y las experiencias de las autoridades locales y regionales, y asegurar que éstas se materialicen“. En este sentido, pretenden hacer del 5º Congreso un “momento político primordial y un espacio de encuentro e intercambio entre representantes electos locales y regionales de todo el mundo, así como entre todas las comunidades que conforman los Gobiernos Locales y Regionales a nivel global“.
En este marco de intenciones, se hablará y debatirá de las principales dinámicas que a nivel social, medioambiental, económico y cultural tienen un impacto en el trabajo cotidiano de los responsables locales sobre el terreno, así como el marco para definir las Recomendaciones Principales de los Gobiernos Locales y Regionales para Hábitat III.
Pero la Cumbre Mundial de Líderes Locales y Regionales no se limita exclusivamente a la política. Sus promotores aspiran a que sirva para revitalizar el movimiento municipalista internacional y fortalecer la red global de líderes locales y regionales.
Josep Roig, Secretario General de CGLU, abunda en esta idea al declarar que el principal reto que deben afrontar millones de Alcaldes y electos locales en todo el mundo es poner en marcha “acciones concretas para mejorar la calidad de vida de los residentes de los territorios que gobiernan, y esto va ligado al desarrollo sostenible de las ciudades y territorios“. A su juicio, “los retos derivados de acoger a la mayor parte de la población mundial son muy obvios y podrían llevar a una percepción engañosa de que la creciente urbanización es la raíz de muchos problemas“.
Roig considera que los gobiernos locales y regionales pueden jugar “un papel estratégico en el desarrollo de la agenda territorial que constituya sólidas bases para las sociedades justas, pacíficas, inclusivas y resistentes del futuro“. Por ello, reclama que los Estados se muestren “abiertos a escuchar y darnos las competencias y los recursos necesarios para poder definir y crear, junto a la población, la sociedades del futuro“.
De Bogotá a Quito
Las plenarias y los diálogos políticos de la Cumbre estarán basados en los fundamentos de la Agenda Global de los Gobiernos Locales y Regionales para el siglo XXI. Alcaldes, gobernadores, representantes de alto nivel de gobiernos nacionales, organizaciones intergubernamentales, sociedad civil, mundo académico, agencias de desarrollo, instituciones financieras y el sector privado intervendrán en estas sesiones para debatir esa Agenda y presentarla al mundo.
Una primera idea es que los gobiernos locales fuertes son necesarios y fundamentales para asegurar el bienestar colectivo. Por ello, los Estados Miembro de la ONU, que se reunirán en Quito un mes después, deberán recordar el espíritu de Hábitat II que reconoció los gobiernos locales como los “colaboradores más cercanos” de ONU Hábitat y “esenciales” para la implementación de la Agenda Urbana.
Como consecuencia de lo anterior, y “para no dejar a nadie de lado”, los gobiernos locales y regionales deben estar directamente implicados en la supervisión, implementación y financiación tanto de la Agenda 2030 como de la Nueva Agenda Urbana.
Una de las tareas primordiales, por tanto, de la Cumbre de Bogotá es proponer las recomendaciones que harán para Hábitat III. En concreto, mecanismos creativos y consensuados para una nueva arquitectura de la gobernanza global en aras de asegurar que todos los gobiernos locales y regionales participen en la implementación de la Nueva Agenda Urbana.