El pasado 11 de diciembre se cerraba en la ciudad mejicana de Cancún la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, un evento en el que coincidían la edición número 16 de la CMNUCC, en el que están representadas 194 partes, y la sexta reunión de las 192 Partes del Protocolo de Kioto. El resultado de los días de trabajo quedó plasmado en el paquete de medidas que se adoptó y que viene a colocar a los Gobiernos en una posición más firme en el camino hacia un futuro bajo en emisiones, al tiempo que muestra una acción mejor sobre el cambio climático en el mundo en desarrollo.
En la Declaración Final, y por primera vez en un documento de Naciones Unidas sobre el clima, se reconoce el papel de los Gobiernos Locales como actores gubernamentales; concretamente, el punto 7 del citado texto dice que “Se reconoce la necesidad de involucrar a una amplia gama de partes interesadas a nivel mundial, regional, nacional y local, ya sean del gobierno, incluyendo los gobiernos subnacionales y locales, negocio privado o la sociedad civil, incluyendo a la juventud y personas discapacitadas; se reconoce también que la igualdad de género y la efectiva participación de las mujeres y los pueblos indígenas son importantes para una acción efectiva en todos los aspectos del cambio climático”.
Este reconocimiento, valorado muy favorablemente por la organización municipalista mundial Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU), viene a dar igualmente respuesta positiva a parte de las demandas formuladas tanto por el Comité de las Regiones de la Unión Europea, que emitió una Declaración en su último Pleno en la que llamaba la atención sobre la importancia de los Gobiernos Locales y Regionales en la lucha contra el calentamiento global, recordaba la labor crucial que ciudades y regiones habían emprendido ya para reducir emisiones y pedía mayor apoyo y coordinación de las mismas, tanto en el ámbito europeo como en el mundial.
La acción local también aparece mencionada en otro punto de la Declaración, en concreto, en el capítulo que hace referencia a Mejoras en la Acción o Adaptación, más concretamente, a las actuaciones que pueden adoptar las Partes en el marco de los acuerdos de Cancún; el párrafo dice, textualmente, “Mejorar el cambio climático en lo relativo a estrategias de reducción de desastres, teniendo en cuenta, en su caso, el Marco de Hyogo para la Acción; sistemas de alerta temprana, evaluación y gestión de riesgos, puesta en común y transferencia de mecanismos como los seguros a nivel local, regional, subregional y nacional, según corresponda”.
La experiencia local y regional también se tiene en cuenta en el texto, que recoge, en otro de sus puntos la necesidad de “Fortalecer, consolidar y mejorar el intercambio de información relevante, el conocimiento, la experiencia y las buenas prácticas a nivel local, regional, nacional e internacional, teniendo en cuenta, según proceda, los conocimientos y prácticas tradicionales”.
Los acuerdos de Cancún
El paquete de medidas aprobado en la Cumbre, llamado de forma genérica “Los acuerdos de Cancún” (ver cuadro), fue recibido con aclamaciones por los participantes, un gesto que, unido al compromiso con sus contenidos, vuelve a abrir perspectivas favorables a la lucha contra el cambio climático tras el revés que, el pasado año, supuso el mal resultado de la Cumbre de Copenhague.
En esta ocasión, se ha restablecido la cooperación multilateral entre los Gobiernos, que se rendirán cuentas entre ellos sobre las acciones que lleven a cabo para lograr sus objetivos en la lucha contra el cambio climático. Los Estados participantes apostaron por una serie de iniciativas e instituciones para proteger de este cambio a las personas vulnerables y a aquéllas que viven en la pobreza, para distribuir los fondos económicos y la tecnología que los países en desarrollo necesitan para planear y construir sus propios futuros sostenibles. Acordaron, igualmente, lanzar acciones concretas para la preservación forestal de las naciones en desarrollo, una iniciativa que, a juicio de los expertos, aumentaría los avances.
Otro de los puntos relevantes ha sido el reconocimiento de que los países necesitan trabajar para mantenerse por debajo del aumento en dos grados de la temperatura, así como el establecimiento de un claro cuadro cronológico de revisión que permita asegurar que la acción mundial es la adecuada para afrontar la realidad emergente del cambio climático.
La Secretaria Ejecutiva de la CMNUCC, Christiana Figueres, que desde la apertura de la Conferencia había apostado por alcanzar un paquete equilibrado de decisiones, subrayó al finalizar el encuentro que “esto no es el final, sino un nuevo comienzo. No es lo que se necesitaba finalmente, pero sí representa los cimientos esenciales sobre los que se puede construir una mayor ambición colectiva”.
Sobre esta misma cuestión, el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, hizo especial hincapié en los importantes avances en los acuerdos de la comunidad internacional de cara a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero: “En Cancún los Gobiernos han alcanzado un acuerdo para construir juntos un futuro para reducir las emisiones de carbono y enfrentar el cambio climático”. A su juicio, los resultados permitirán dotar a los Estados de importantes instrumentos contra el cambio climático, uno de los retos globales más importantes: “Aunque queda mucho trabajo por hacer, el éxito de la Conferencia es que ha puesto a todos en el camino hacia un planeta más seguro, más próspero y más sostenible”.
El futuro tiene su próxima estación en Sudáfrica, en Durban, donde a finales de este año se celebrará una nueva Conferencia de las Partes.