FEDERACION ESPAÑOLA DE MUNICIPIOS Y PROVINCIAS

 

“Perteneciente o relativo a la vida en el campo y a sus labores. Inculto, tosco, apegado a cosas lugareñas”. Así define el Diccionario de la Lengua Española de la Rea Academia Española (RAE) el término rural. Por el contrario, la palabra urbano es, a juicio de la publicación “perteneciente o relativo a la ciudad. Cortés, atento, de buen modo”.

 

Es decir, que según la Real Academia Española de la Lengua aquellos que hemos nacido en un municipio de una zona rural somos incultos y toscos; mientras que los que lo han hecho en una ciudad son corteses, atentos y de buenos modos.

 

Tamaña injusticia semántica solo se puede explicar por el anclaje del término rural a los tópicos y a los viejos estereotipos que otrora representaron la vida en el campo. Unos clichés que, por fortuna, la sociedad rural ha sabido arrinconar, venciendo la tan frecuente pereza mental de los hablantes. Ya nadie utiliza la calle la palabra rural como la acepción que el Diccionario le brinda. Nadie menosprecia a nadie ni nada denominándolo rural. El turismo rural, por ejemplo, no está asociado a un turismo tosco ni devaluado ni propio de gente indocta. Y los productos agroalimentarios rurales, lejos de poseer la cualidad de la tosquedad quedan asociados a calidad.

El medio rural ha experimentado a lo largo de las últimas décadas un proceso de transformación y modernización que lo aleja notablemente de los tópicos de boina, azadón y búcaro. La tosquedad ha dado paso a la calidad; la incultura, a la innovación. Ya nadie duda de que en las zonas rurales se encuentra la biodiversidad, el paisaje, el agua, el oxígeno, el patrimonio etnográfico y cultural, la tierra… Elementos, en definitiva, consustanciales a la vida.

El despliegue de las comunicaciones, de las tecnologías de la información y de los servicios educativos y sociales ha modernizado el mundo rural y ha incidido en una mayor diversificación económica y en una mejora de la calidad de vida de sus habitantes.

Pero además, han conectado lo rural con lo urbano, y viceversa. No se entiende ya el concepto territorial sin la coexistencia de lo rural y lo urbano, dos entornos que se retroalimentan y enriquecen. En las montañas nace el agua que se consume en las ciudades; y en éstas están centros de distribución en los que se distribuyen los productos de aquellas, por ejemplo. Lo que ahora define la relación entre lo rural y lo urbano no es la competencia, sino la complementariedad: dos mundos que vivían de espaldas ahora dialogan y están en contacto e intercambio permanente.

Lo rural ya no está apegado a las labores propias del campo. Lo rural es turismo, calidad agroalimentaria, patrimonio, energías verdes, valorización de los espacios y de los recursos endógenos.

Los territorios rurales han dado en las últimas décadas un salto hacia la innovación tecnológica, pero también hacia la innovación social, con nuevas formas de relación entre los distintos actores del territorio. Buena prueba de ello es la metodología LEADER, piedra angular de la gestión que del territorio llevan a cabo los grupos de acción local (casi 300 en toda España) y que han supuesto un impulso a la economía local, cada vez más alejada de la estricta dependencia de la agricultura y la ganadería, actividades que por sí solas ya no pueden tirar de la vida de territorios rurales.

Los grupos de acción local permiten ir de la mano a la iniciativa privada y a los agentes públicos; un partenariado que posibilita que ayuntamientos, organizaciones agrarias, ecologistas, empresarios, asociaciones de todo tipo, cooperativas, etc. sean los que diseñen el futuro de su propio territorio.

Las zonas rurales no se parecen ya en nada a lo que fueron, y por eso desde la Red Española de Desarrollo Rural (REDR) creemos que es momento de derribar tópicos y arcaísmos. Es por ello por lo que hemos solicitado una entrevista con el director de la Real Academia Española (RAE), José Manuel Blecua, en aras a la modificación del término rural en el Diccionario de la Lengua Española. Porque creemos firmemente que lo rural no es tosco ni inculto.

En esta entrevista con el profesor Blecua queremos mostrarle con hechos la nueva ruralidad, una ruralidad que implica de lleno a más de nueve millones de personas (¿nueve millones de incultos?) que viven en los territorios rurales, es decir en más del 90% de territorio nacional.

Paralelamente hemos creado en Facebook el grupo Por la dignificación del término rural en el Diccionario de la RAE; y en estos días habrá visto la luz un manifiesto que podrá ser suscrito por organizaciones, instituciones, empresas y particulares.

Es momento de dar el salto y estar orgulloso de ser rural, de vivir la ruralidad como un valor y no como una tara, de crear un mensaje creíble que traslade a la sociedad que los rural no es, ni de lejos, incultura o tosquedad. Y este salto empieza por el significado de las propias palabras.

Apoyos

La Red Española de Desarrollo Rural (REDR) está recibiendo numerosos apoyos de organizaciones para la campaña ‘Por la dignificación del término rural en el Diccionario de la RAE’. Entre ellos, grupos de acción local y redes territoriales de desarrollo rural de toda España, el Consejo de la Juventud de Castilla y León, la Unión de Centros de Acción Rural, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, la Federación Española de Asociaciones de Ganado Selecto o la Plataforma Rural, entre otros.

Por otro lado, son muchos los medios de comunicación que se han hecho eco de la campaña: RNE, Cadena SER, Canal Sur Televisión, El Mundo, El Norte de Castilla, La Opinión de Málaga, El Diario de Córdoba, Hoy de Extremadura, la agencia EFE, la agencia EFE Agro, etc.