FEDERACION ESPAÑOLA DE MUNICIPIOS Y PROVINCIAS

28 Marzo 2024

Municipios reinventados: cambiar para combatir el coronavirus

Las fábricas de calzado fabrican afectos y seguridad. De la sierra sale solidaridad en forma de pantallas, mascarillas y patucos. Los tractores abandonan, por un rato, las fanegas para cuidar a sus vecinos. Carta Local viaja, virtual y telefónicamente, a Arnedo, a la Sierra Norte de Madrid y al Noroeste de Murcia para conocer algunas historias de esos municipios que se han reinventado para combatir la pandemia.



El municipio riojano de Arnedo es hoy una “gran fábrica de afectos”. Así lo asegura su Alcalde que, en estos días, intenta ser omnipresente en todos los rincones; pues, de acuerdo con algunos de sus vecinos, “ha estado en todo y con todos”. Javier García Ibáñez explica cómo el Estado de Alarma y la necesidad de material sanitario puso sobre la mesa la necesidad de reconvertir el segundo foco de producción de calzado del país en un centro de producción de material sanitario mediante un contrato de urgencia que, además, ha permitido “cubrir costes y mantener actividad”. 
 
Uno de los empresarios de esta localidad, Antonio Sáenz, de Fluchos, explica que en un primer instante se planteó fabricar mascarillas Sin embargo, los requisitos especiales para la homologación de estos productos hicieron que se pusiera en marcha la fabricación de otros materiales como batas. En estas semanas las fábricas del municipio han logrado fabricar ya más de 150.000 batas, con las que han abastecido a hospitales riojanos y, con el excedente, han apoyado a otros territorios como Soria, Navarra, Aragón o Cataluña. 
 
Ha sido posible, explican desde Fluchos, gracias a ese “ejército sanitario” en el que se ha transformado el 20-30% de su plantilla, aquellos que se dedican a la costura del zapato. “Nuestros empleados son los protagonistas, se han ofrecido, han estado sin parar. Han vencido el miedo y han antepuesto la salud nacional a la suya”, enfatiza Sáenz. Desde esta empresa española, esperan que ese compromiso sea vea; que demuestre el “doble filo” de facetas como la deslocalización industrial que ha afectado al país y a buena parte de Europa. “Apostar por la industria española, apoyar a quienes generan empleo es hacerlo por la capacidad de responder ante situaciones como esta”, asegura. 
 
En este punto, el Alcalde de Arnedo lamenta que España haya “dejado perder” buena parte de su tejido productivo, algo que ha dado lugar a que “suframos una gran dependencia de productos tan sencillos y tan necesarios como una mascarilla. Además, no debemos olvidar que la Industria genera empleo de calidad”. Sin embargo, Javier García cree que la crisis ha dejado otro ‘recado’ a la sociedad española: todo es secundario, lo importante es colaborar. 
 
Prueba de ello, recuerda el Alcalde, son las fábricas de Arnedo; pero también sus hoteles, que acogen y alimentan a personal de la residencia de anciano, o la colaboración entre el Ayuntamiento y entidades sociales o los voluntarios que llaman a mayores. Esa colaboración y esa implicación, explica García, “es la esencia de la política local, esa que está aunque no hayan competencias o recursos decide y actúa. Esa Administración que es Estado y que no se puede olvidar”. “Estamos ante una crisis que lo va a cambiar todo: cómo vivimos, consumimos y nos relacionamos”, asegura. Una crisis a la que este municipio de La Rioja ha decidido combatir “fabricando afectos”. 
 
La Sierra Norte responde 
 
En la Sierra Norte de Madrid, en Madarcos, un municipio de menos de cincuenta habitantes, comenzó todo. Fue su Alcaldesa, Eva Gallego, la que prendió la mecha de la solidaridad. “Vimos que hacía falta proteger a los nuestros y que conseguir los medios era difícil. Vimos que teníamos que hacer algo”, recuerda. 
 
Y lo hicieron. Hasta el momento han hecho más de 14.000 mascarillas artesanales, más de dos millares de pantallas protectoras, piezas para respiradores, miles de batas y patucos. Y lo hicieron juntos. Tras estos miles de productos sanitarios, que enumera la Alcaldesa, hay cientos de voluntarios de los 42 municipios de la Sierra Norte madrileña. A su mensaje de “os necesitamos”, el resto de municipios respondió “Adelante, Eva. Cuenta con nosotros”. Superando diferencias políticas y de cualquier otra índole en menos de cuatro días ya habían conformado un grupo de trabajo con más de 350 personas, el cual no deja de crecer y que tienen por máxima “responder con solidaridad”. 
 
Sin embargo, la Sierra Norte no solo fabrica productos sanitarios. Gallego destaca que también se han lanzado a crear lazos y a combatir la soledad, especialmente de los más mayores. >
 
Así, los voluntarios de este grupo realizan videollamadas para hablar de música, de cocina, de todo. Para hablar y acompañar. “Con esto queremos dar lugar a un día de luz y libertad en mitad del confinamiento”, explica la Alcaldesa. Un objetivo que también cumplen al realizar las mascarillas artesanales y otros productos. “Nuestro trabajo por los demás ha llenado a muchas personas que habrían pasado esta cuarentena solos o inactivos”, explica Eva Gallego. Así, la Alcaldesa de Madarcos recuerda como el momento más emotivo de estos días de tensión la llamada de uno de estos voluntarios, de 80 años, que reconoció en una foto de agradecimiento enviada por el Hospital de Segovia su bata. “Es mi bata, Eva. Me decía. Es mi bata”, recuerda emocionada. 
 
“Esto no va a parar”, asevera Gallego. “Estamos haciendo frente a la crisis sanitaria, pero ahora vienen tiempos duros, donde no podemos permitirnos dar un paso atrás. Viene una etapa dura para las familias y para los productores locales. Tenemos que luchar porque nadie pase necesidades, porque nadie pierda su sustento”, explica mientras recuerda que lo que ha germinado en la Sierra Norte no es más que el primer paso para grandes iniciativas. 
 
“Ahora, respondemos al virus. Mañana, a sus consecuencias. Hemos demostrado la fuerza de la unión y la solidaridad, hemos visto de lo que somos capaces. También vemos que no nos van a faltar oportunidades de volver a mostrar que podemos con todo”, explica esta Alcaldesa que con solo un mensaje pidiendo ayuda dinamitó las barreras y las diferencias de la Sierra Norte de Madrid. Mostró que la unión hace la fuerza y que este virus, y a lo que pueda estar por venir, se vence unidos. 
 
El campo al rescate 
 
La primavera murciana se ve este año desde las ventanas. Bullas, una localidad vitivinícola, ha visto cómo su mes del vino pasaba sin pena, ni gloria. Con la mirada puesta en sus calles vacías, su Alcaldesa, María Dolores Muñoz Valverde, recuerda cómo su pueblo “que siempre tiene un movimiento extraordinario y en primavera más, si cabe” se volvía triste. Una tristeza que asocia con la responsabilidad de la ciudadanía, con esa extraña sensación de recogimiento involuntario. 
 
La también Presidenta de la Federación de Municipios de la Región de Murcia explica que ese sentimiento es prácticamente común en una tierra donde “tenemos costumbre de celebrarlo todo”. Sin embargo, recuerda, “tenemos motivos para celebrar la solidaridad que hemos presenciado”. Se refiere a los cientos de hombres y mujeres que han abandonado sus tierras para cuidar de sus pueblos. La agricultura ha salido al rescate de los núcleos de población.
 
 “Ha sido un soplo de aire fresco, de esperanza. Hemos visto cómo los agricultores se han ofrecido en prácticamente todos los municipios de la Región a desinfectar las calles. Ha sido algo esencial en muchos municipios ya que, como es bien sabido, en Murcia tenemos algunos de los municipios más grandes del país. Moratalla o Lorca son inmensos, por ejemplo”, explica la Alcaldesa. 
 
Una de esas personas que cuida de su Valentín, una pedanía a caballo entre Calasparra y Cehegín, es Pascual Ciller. Pascual combina su trabajo con el campo y, ahora, con la desinfección de su pueblo. “Es algo que hago con todo el capricho del mundo y que haría una y mil veces”, explica. Y es que es una actividad que, asegura, “tiene que hacer alguien del pueblo para que sea lo más eficaz posible”. En solo unos minutos, muestra que conoce el callejero de Valentín como nadie y explica cuáles son los puntos más transitados, donde hace falta una “miaja” más de desinfectante y en qué momentos. 
 
Solo en el grupo de trabajo en el que se encuentra Ciller hay más de 10 agricultores que coordinados con el Ayuntamiento de Cehegín y Protección Civil desinfectan regularmente el casco urbano de Cehegín y las pedanías y cortijos, como Valentín, que integran su término municipal. Pascual Ciller es una de esas razones que permiten a Murcia seguir celebrando. 
 
Una generosidad ante la que, como reflexiona la Alcaldesa de Bullas, se debe responder con responsabilidad. Y es que la Presidenta de la FMRM cree que no es tiempo de “discutir”, es hora de “escuchar desde las tres Administraciones para buscar soluciones que surjan de quienes viven de los sectores a los que esta crisis amenaza, porque o salimos juntos o no salimos. En estas situaciones nos muestran que si todos no todos contamos con las mismas oportunidades, todos nos resentimos”.
 
Mientras llega el día después, Pascual tiene su tractor listo para salir a seguir desinfectando sus calles, para cuidar a sus vecinos. Eso sí, ya les ha pedido que no le den las gracias ni por Facebook, ni desde las ventanas. Que al final, “esto lo haría cualquiera por su gente”.
 
 
Municipios reinventados

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Carta Local nº 376, febrero 2024.pdf