FEDERACION ESPAÑOLA DE MUNICIPIOS Y PROVINCIAS

La Declaración de Vitoria-Gasteiz, Green Capital 2012, leída en la clausura de este encuentro, contiene además un llamamiento a las propias administraciones locales para que den “un paso adelante” y asuman los retos de la sostenibilidad “de una forma global”, con estrategias y objetivos concretos a medio y largo plazo. Al mismo tiempo, exhorta a la ciudadanía y a sus asociaciones a que se impliquen en los procesos participativos y que exijan a los poderes públicos el cumplimiento de sus promesas y compromisos en materia de sostenibilidad.

 

Más de 600 personas, entre representantes municipales y profesionales, se dieron cita durante tres días en la capital vasca con el objetivo de buscar soluciones “verdes” para las ciudades en tiempos de crisis económica. La reunión, organizada por la Fundación Conama y el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, acogió medio centenar de actividades relacionadas con ciudades verdes, energía y cambio climático, movilidad sostenible o consumo.

 

Conama Local ya ha consolidado su condición de foro continuado de debate en materia de ciudad y desarrollo sostenible, por eso, en esta quinta edición, centró sus objetivos inmediatos en la integración de los nuevos equipos de gobierno locales en los debates sobre los nuevos modelos de desarrollo y en la creación de puentes de diálogo entre ciudades españolas, europeas e iberoamericanas sobre los principales temas de interés en materia de sostenibilidad urbana.

 

Los nuevos retos

 

Los participantes en el encuentro pusieron de manifiesto que los escenarios futuros a los que se enfrentan las ciudades y pueblos españoles, si no hay un cambio de rumbo significativo en la gestión de lo local, pueden desembocar en una intensificación de los impactos ambientales y sobre la salud, así como en un deterioro progresivo de la cohesión y del modelo de protección y bienestar social y económico de sus ciudadanos.

 

De este modo, en la Declaración final de Vitoria, expresan la necesidad de que las ciudades y los pueblos sean capaces, a pesar de las dificultades y limitaciones, de promover respuestas y avanzar hacia un nuevo paradigma urbano. Para ello, apuntan a la formulación de nuevos principios de referencia que permitan avanzar hacia un “metabolismo urbano de cierre de ciclos”, reduciendo el consumo superfluo a la vez que el impacto ecológico en los procesos urbanos. Al mismo tiempo, abogan por el mantenimiento de la cobertura social y por prestar especial atención a la lucha contra el desempleo.

 

Y los compromisos

 

A partir de estas premisas, las autoridades locales presentes en el 5º Conama Local consideran urgente, entre otras medidas, impulsar una planificación y un desarrollo territorial y urbano que respondan a las necesidades sociales y al reto de reducir la huella ecológica de nuestras ciudades, evitando la ocupación indiscriminada del suelo y recuperando un tejido urbano cohesionado y diverso. Sobre este punto, insisten en que es necesario desterrar los instrumentos o prácticas que pueden desembocar en procesos especulativos con relación al suelo o los bienes y servicios ambientales asociados.

 

Tanto los responsables locales como los expertos inciden en una configuración de las ciudades más inteligentes y bajas en carbono, que ahorren en el consumo de energía e incorporen sistemas de generación apoyados en las energías renovables. De igual forma, apuestan por un nuevo sector de la edificación, que recupere su función social e incorpore criterios bioclimáticos y de máxima eficiencia energética, apoyado en la rehabilitación de edificios existentes y la revitalización de los barrios.

 

La movilidad sostenible y la accesibilidad para todos en nuestras ciudades, el impulso de las acciones que recuperen la biodiversidad urbana o el avance hacia unas ciudades saludables, con equipamientos y servicios de proximidad, son otros de los compromisos expresados en la reunión de Vitoria. Sin olvidar la racionalización del ciclo del agua o la reducción de la producción de residuos y, por supuesto, el aliento de nuevas formas de participación ciudadana, tanto en los procesos de planificación como en los de transformación y gestión urbana, y la lucha contra la exclusión social derivada de la pérdida de puestos de trabajo, el progresivo envejecimiento de la población o los problemas derivados de la soledad.

 

La rehabilitación como alternativa

 

Con un marco regulatorio adecuado, diez millones de viviendas construidas antes de 2001 pueden ser transformadas en casas de bajo consumo y de baja emisión de gases de efecto invernadero en las próximas cuatro décadas. Así lo asegura el informe “Una visión-país para el sector de la edificación en España”, lanzado por un grupo de expertos en rehabilitación en Vitoria-Gasteiz, dentro del primer gran evento del programa Capital Verde Europea celebrado en el marco de CONAMA Local.

 

Según las estimaciones de este trabajo, esta iniciativa permitiría reactivar el sector y generar entre 110.000 y 130.000 empleos directos estables y de calidad entre 2012 y 2050. La inversión, cifrada en unos 10.000 millones de euros anuales, sería aportada por el ahorro de las familias, por entidades financieras, por empresas de servicios energéticos, por empresas energéticas y por el Estado, recibiendo cada fuente de inversión retornos diferentes provenientes de los ahorros de energía y de emisiones, beneficios sociales, o mejora en la calidad de las viviendas.

El informe, realizado por Albert Cuchí, profesor de la Universidad Politécnica de Cataluña, y Peter Sweatman, director general de Climate Strategy & Partners, pone de manifiesto que el tradicional negocio ligado a la construcción de edificios nuevos no resulta viable ambientalmente, ni tampoco se puede esperar que vuelva  a la situación anterior a la crisis económica, pero sí estima que este sector puede recuperar su papel dinamizador de la economía española con un marco regulatorio que ayude a su reconversión.

 

Según una estimación de enero de 2011, en España existirían en la actualidad unos 10,2 millones de edificios, en los que habría 25 millones de viviendas (700.000 de ellas, desocupadas). Construidos antes del año 2001, existen 8,5 millones de edificios residenciales, de los que el trabajo centra su atención en 14,5 millones de viviendas con unas características especialmente interesante: De este grupo de viviendas, cerca de un 60% fueron construidas antes de 1980, hace más de treinta años, cuando todavía no habían aparecido las normas que regulan la eficiencia energética.

 

A cambio de un adecuado marco de ordenación que facilite tanto la legislación oportuna como la articulación de los subsidios directos, la financiación con bajos tipos de interés o  los beneficios fiscales a la rehabilitación, el estudio calcula que España puede alcanzar en 2050 los diez millones de viviendas rehabilitadas energéticamente,  con un  ahorro de hasta 300.000 millones de euros en eficiencia energética.