El Presidente de la FEMP, Juan Ignacio Zoido, tras conocerse el comunicado de ETA, que califico de “buena noticia”, señaló que en estos momentos “no podemos olvidar a las más de 800 víctimas mortales, a los cientos de personas heridas o amenazadas y a sus familias”.
En este sentido, tuvo un reconocimiento muy especial para los Alcaldes y Concejales asesinados y para el resto de cargos electos o personas vinculadas al municipalismo que sufrieron y sufren aún las secuelas del terrorismo: “Nada ni nadie nos los quitará de nuestra memoria, porque dieron su vida por la libertad y la democracia”. “A todos ellos, gracias otra vez, por su sacrificio y su generosidad”, añadió.
El Alcalde de Sevilla, como máximo representante de los Gobiernos Locales españoles, expresó además el deseo de que el comunicado de ETA “sea de verdad” y que la libertad y la convivencia se impongan definitivamente a las amenazas y extorsiones que ha sufrido la sociedad española y vasca en los últimos 40 años.
“Esperamos también que esta declaración se concrete de una manera definitiva en la desaparición de ETA, con el anuncio de su disolución y la entrega de las armas”, afirmó
Alcaldes y Concejales, objetivo terrorista
La historia de los 50 años de existencia de ETA ha dejado más de 800 muertes y centenares de víctimas que, de forma directa o indirecta, han padecido los efectos de la actividad terrorista. Entre estas víctimas hay una larga lista de cargos electos vinculados a la política local, hasta casi una treintena, entre Alcaldes y Concejales, que murieron por los disparos o las bombas de los comandos armados.
Desde que en noviembre de 1975 fuera asesinado el Alcalde de Oyartzun (Guipúzcoa), hasta los disparos que acabaron con la vida de Isaías Carrasco, ex Concejal de Mondragón (Vizcaya), en marzo de 2008, seis Alcaldes, una veintena de Concejales y dos Presidentes de Diputación Foral, fueron objetivos de atentados con consecuencias mortales. Pero al mismo tiempo, varios cientos de ediles también fueron objeto o de atentados fallidos o de amenazas, en algunos casos dirigidas a sus familias.
Nombres como los de Víctor Legorburu, Juan María Araluce, Greogorio Ordoñez, Luis María Uriarte, Miguel Ángel Blanco, Fernando Buesa, José María Martín Carpena o Froilán Elespe, junto con todos los demás, jalonan la larga lista de servidores públicos que han pagado con la vida su dedicación a la política, en este caso en el ámbito local.
La FEMP, al frente de la movilización por la libertad
El municipalismo, al mismo tiempo que era objetivo del terrorismo, ha sido una de las piezas fundamentales de la movilización social contra la violencia de ETA. Las sedes y las plazas de los Consistorios fueron en la mayoría de las ocasiones el primer el primer lugar en el que se escenifica la condena de los atentados y el rechazo a quienes los perpetraban, al margen de la condición política o social de las víctimas.
Desde el asesinato de Miguel Ángel Blanco, en 1997, la FEMP ha convocado actos y minutos de silencio en todo el territorio nacional cada vez que se cometía un atentado con víctimas mortales, secundados masivamente por los Ayuntamientos, Diputaciones, Cabildos y Consejos Insulares de toda España. Los Alcaldes y los Presidentes de las Entidades Locales estuvieron en cada momento, junto con sus corporaciones y los vecinos de sus municipios, ocupando la calle para rechazar la sinrazón del terrorismo y defender la libertad y la democracia.