El regidor barcelonés mostró el compromiso de su equipo de gobierno en conseguir una ciudad inteligente, “donde las nuevas tecnologías estén al servicio de la gente, la gestión de la ciudad y la mejora de los servicios públicos”. El concepto de Smart City es una “revolución” y “el que no esté en esa revolución se equivoca”, aseguró.
“Ésta va a ser una apuesta constante de nuestra ciudad y no queremos hacerla solos”, por ello se ha puesto en marcha el 'City Protocol Society', cuya finalidad es impulsar una nueva economía de la innovación urbana en colaboración con universidades, empresas y otras ciudades, como Madrid o Santander.
En este marco, Trías mostró su decisión de apostar por un desarrollo tecnológico en los sectores de industria y comercio, sobre todo en el de proximidad. De ahí un “nuevo modelo de ciudad del futuro” formado por barrios productivos en los que se pueda vivir y trabajar al mismo tiempo”.
Entre las medidas concretas destacan, en cuanto a infraestructuras, la potenciación del vehículo eléctrico, sistemas de iluminación inteligentes, gestión de aparcamientos, recogida de basuras o el aumento de la instalación de depósitos fluviales. En cuanto a la sanidad, Barcelona instaurará los servicios de teleasistencia y la digitalización del tratamiento de enfermedades crónicas con dispositivos de alerta y diagnóstico. “Ser Smart City’ no es explicarlo, es serlo”, proclamó.
Punta de lanza
En otro momento de su intervención, señaló que Barcelona ha sido siempre generosa con su entorno, y que será la punta de lanza de la recuperación económica, también de España. Al respecto, comentó, dirigiéndose a la Alcaldesa de Madrid, Ana Botella, que se encontraba en el auditorio, que Barcelona y Madrid son dos ciudades con mucho futuro, que tienen que colaborar, “porque las grandes ciudades y sus áreas metropolitanas tienen el potencial para sacarnos de la crisis”.
A pesar de la incipiente mejora de la coyuntura económica, Barcelona necesita urgentemente reactivar su mercado laboral y crear puestos de trabajo, reconoció el Alcalde. Por ello, el gobierno municipal se marcó como objetivo inicial de su mandado ser “creíble” y generar confianza a nivel internacional, “lo que significa ser solvente y no crear déficit", para de esta forma afrontar la primera prioridad: la atención a las personas.
Esta actuación responsable ha posibilitado, según explicó, el aumento del presupuesto municipal dedicado a política social. Al respecto, argumentó que "el cuidado y la política social no es un gasto, sino una inversión para el futuro" y añadió que estas políticas tendrán que promoverse en colaboración con el Tercer Sector.
La segunda prioridad del gobierno municipal, es la reactivación económica y la creación de ocupación, "porque no hay progreso social sin progreso económico”. Barcelona tiene una economía diversificada, con industria y con sectores tradicionales competitivos como el comercio y el turismo. Por ello, Trias insistió en reclamar el IVA que genera esta actividad.